En sus 16 años de trayectoria, La Base aprendió a acompañar al sector en contextos muy diferentes: desde el auge de las empresas recuperadas a la consolidación de nuevas cooperativas, del encuentro personal con lxs trabajadorxs al acompañamiento de federaciones y redes asociativas. Nada nos preparó para enfrentar esta pandemia: una situación sin precedentes que exigió mucha creatividad y esfuerzos extra para brindar apoyo a los proyectos productivos.
El 2020 fue un año de grandes aprendizajes. Desde el equipo tuvimos que adaptarnos a esta nueva realidad: generamos encuentros virtuales, nos encontramos con más tareas de cuidados en nuestros hogares, redistribuimos tareas y horarios. El compromiso de las cooperativas y sus trabajadorxs resultó fundamental: juntxs logramos adaptar los proyectos a las necesidades urgentes y hasta logramos vincularnos con nuevos territorios y organizaciones.
Un aspecto diferencial del sector tiene que ver con que, en tiempos difíciles, se prioriza la protección de los puestos de trabajo. Durante la pandemia, ese compromiso se vio reflejado también en el rol social de las cooperativas. Desde el inicio, muchas trabajaron en la distribución de bienes de primera necesidad y otras realizaron una rápida reconversión productiva para abastecer con insumos sanitarios.
Todo este camino construido refuerza en nosotras una convicción: en momentos de crisis, la salida es solidaria y colectiva. Creemos que nuestro principal aporte hoy sigue siendo apoyar a la economía social, solidaria y popular, y asociarnos con otrxs para construir alternativas al servicio del trabajo y la producción.
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